Que no debemos engañar a nuestros públicos, ya hablemos de una marca o de una institución, y cuando “pagamos” un tweet a través de un famoso debemos avisar, de algún modo (#publi, debería ser obligatorio cuando esto sucede) de que estamos haciendo publicidad. No es lo mismo pagar por opinar, donde sea, a través de Twitter o en una columna de un diario, que invitar o persuadir al “famoso” (ya sea un personaje de Sálvame limón o un reputado actor) a opinar libremente, o sea, bien o mal, de nosotros. Estos son Relaciones Públicas.

Ya que hemos hablado en múltiples ocasiones de los neologismos que vamos introduciendo en el lenguaje de la comunicación, ahora resulta que a estas prácticas se les llama “celebrity endorsement”. Lo que antes era una acción de recomendación a través de líderes de opinión, ya fuera en una herramienta de publicidad o de RRPP. Pero hay más: se llama “branded content a través de social publishers” si “logramos que el mensaje parezca natural” y “pagamos” a un mix de famosos y blogueros.

¿Y cómo se llama cuando Oprah twittea que uno de sus gadgets favoritos es la tablet MS Surface de Windows desde su ipad? Pues que la campaña de 150 millones de dólares de Microsoft se va al garete. En España también ha sucedido: Mario Casas y Malena Costa, han promocionado en Twitter los nuevos móviles de LG desde su iPhone. ¡Bravo por Apple!

En nuestra opinión: le llames como le llames a la herramienta de comunicación que uses, úsala con profesionalidad y no confíes solo en las caras bonitas.