Opinamos igual que Larry Fink, el hombre más poderoso del mercado, presidente de BlackRock, que en una carta dirigida el pasado 10 de abril a los presidentes de las mayores empresas del mundo, les invita a “la creación de valor a largo plazo”. Fink critica a los empresarios que han descuidado la inversión en innovación, a la formación de sus empleados o a los gastos de capital que no son necesarios para mantener el crecimiento a largo plazo”.

Las Relaciones Públicas (o la Comunicación) deben asesorar en este camino del largo plazo. Fink insiste en que las compañías se fijen en los inversores que él califica como “dueños a largo plazo” y a desentenderse de los inversores más especuladores. ¿Cómo se construye este camino del “largo plazo”? Considerando que crece a nuestro lado una generación Z (los niños y jóvenes que tienen ahora entre 4 y 21 años) con unas inquietudes que harán tambalear el mundo: moldeados por la tecnología, pero más por las políticas de austeridad, preocupados por no endeudarse, altruistas, políticamente sensibilizados por la desigualdad económica y social, desilusionados con la política tradicional y dispuestos a ayudar a quien lo necesite; tendremos que pensar estrategias diferentes a las que desarrollamos hasta ahora para convencerles de que compren nuestra marca.

¿Qué tal si como nos aconseja Fink empezamos a reaccionar? ¿Podría ser un buen consejo el aplicar aquella máxima de las Relaciones Públicas que nos dice “hacerlo bien y hacerlo saber” que, según opinamos, sigue en plena vigencia e incluso, nos atreveríamos a describir como “de moda”?