Un puro bla, bla, bla… Cambio de apariencia y no de esencia

A nadie se le escapa que las palabras son poderosas y que pueden transformar profundamente el concepto que todos tengamos de algo o de alguien. No es solo lo que decimos sino cómo y cuándo lo decimos. No es solo lo que nos dicen sino también cómo nos lo dicen.

Un ejemplo ya clásico de este proceso ha sido el (fallido) intento de crear un lenguaje inclusivo en español en el que hombres y mujeres sean iguales, a través del uso gramatical: primero desdoblando los géneros (lo que se opone al principio básico de la economía de la lengua) y después sustituyendo las vocales indicativas de género, por vocales neutras o incluso utilizando únicamente el género femenino. Esta propuesta es tan artificial que a cualquier hablante normal le chirría y le saca ronchas a la mayoría de los filólogos. Como dice la lingüista madrileña, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Concepción Company: “Cuando las sociedades sean igualitarias estoy segurísima de que los hábitos gramaticales se van a modificar. Igualdad no es que te llamen arquitecta sino que te paguen lo mismo.”

Pero esto no solo pasa en español y tampoco pasa únicamente en marketing político o respecto a temas sociales. A veces en lugar de adaptarse a los nuevos tiempos, analizando las tendencias de mercado y las necesidades de los consumidores, las empresas encuentran “soluciones” que aparentemente son solo superficiales.

Es el caso de la BBC. La cadena inglesa está excluyendo las palabras televisión y radio de su vocabulario con el objetivo de atraer una audiencia más joven, de entre 18 y 34 años, que prefiere Netflix a sus contenidos. En un intento de adecuarse a las nuevas realidades, está trabajando en un proyecto de branding para cambiar el término BBC Television por BBC Screen y BBC Radio por BBC Audio. Esta propuesta podría costarle más de un millón de libras esterlinas.

¿Pero está cambiando a nivel de concepto? ¿Se está transformando? Aparentemente no.

¿Entonces, cuál sería el resultado? Seguramente, si el cambio es solo de palabras y no de mensaje; si es una transformación de marca y de concepto, si solo es apariencia y no esencia; no pasará nada. O sí. Tal vez seguirá a la baja y un día deje de conectar con su audiencia. Y su cambio será un mero bla, bla, bla…

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